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"El futuro está en la creación de valor que proviene de liderar el cambio en las organizaciones"

ACTIVIDADES / APRENDER / GESTIÓN DEL CAMBIO

Con motivo de su participación en la presentación del Informe sobre el Índice de Gestión del Cambio, el próximo 20 de octubre en Barcelona, Albert Bosch, emprendedor y aventurero, nos ha concedido una entrevista. Sin duda, una experiencia única poder conocer y aprender de alguien tan apasionado, entregado y excelente como él. ¡Gracias Albert!

Albert a lo largo de estos años, entre otras aventuras, has participado en varios Dakar (en el 2015, por primera vez en la historia, con un coche eléctrico), has alcanzado a pie y sin asistencia el Polo Sur, has subido a las montañas más altas de todos los continentes, y a la vez has emprendido proyectos empresariales en diferentes campos ¿Cómo has compaginado estas dos actividades de “riesgo”?  

Pues trabajando a saco e intentando hacerlo siempre o en una grandísima proporción en temas que me apasionen. Si uno tiene que esforzarse o arriesgarse en cosas que realmente tienen sentido para él, le resulta fácil y cada paso que da supone acumular más energía para el siguiente. Pero si uno se esfuerza y lucha por cosas que no le importan, cada paso que da supone un gasto energético descomunal y al fin un agotamiento y bloqueo inevitable. El peor fracaso sería vivir la vida que no quieres, y yo estoy dispuesto a arriesgarme en muchas cosas menos en esa. A nivel de aventuras estoy siempre conectado con proyectos que me apasionan; y a nivel empresarial trabajo básicamente en temas de energías limpias o medioambiente, que conectan directamente con mis valores y mi propósito vital. Si uno une propósito, pasión y trabajo, es más fácil ser un poco híper activo. Además soy un radical de la gestión del tiempo. Usar bien el tiempo es para mí una gran ambición; mucho más que ganar dinero, por ejemplo. Yo no pierdo ni un minuto de mi vida en ver un partido de fútbol, una serie de TV o algo que sea sólo entretenerme cómo espectador de la vida. Prefiero entretenerme preparando proyectos que me divierten en los cuales soy el actor y, si puedo, el guionista. 

En el Club Excelencia en Gestión, trabajamos para que las organizaciones alcancen y mantengan niveles superiores de rendimiento que satisfagan o excedan las expectativas de todos sus grupos de interés, o sea, alcancen el mayor grado de excelencia posible. Para ello, al igual que en tus aventuras, gestionar con agilidad es un valor fundamental… ¿Cuáles son las claves de gestionar el cambio en la incertidumbre permanente?

Siempre hablo del cambio refiriéndome a la metáfora de mi experiencia en la aventura, pues esta es una actividad incierta, compleja y arriesgada por definición. Y ahí defino tres niveles de cambio: 1) la adaptación, que es cuando viene un cambio inesperado y a uno no le queda más remedio que reaccionar y hacer lo mejor posible que esté en su mano para no tener problemas graves, salir de esa situación, o incluso aprovechar las ventajas del nuevo escenario. Hay que ser ágil y estar sereno cuando se produce este tipo de cambio, pero no se puede estar siempre adaptándose al cambio, pues ello supone ir a remolque, ser un seguidor, y tener que estar gastando siempre energías en un proceso de intentar ajustarse a la nueva realidad. Por ello es importante el siguiente nivel 2) la gestión del cambio. Esto es estar preparado, entrenado y mentalizado para vivir en un entorno de constante cambio. Hay que entender que el cambio es lo único permanente que existe en nuestra vida, tanto personal cómo, y sobre todo, profesional. En lugar de centrarnos en nuestras capacidades actuales, en lo que sabemos hacer, y en la comodidad y seguridad de nuestra experiencia, tenemos que aprovechar todo esto, pero dando más importancia a lo que tenemos que aprender, a la incorporación de nuestras capacidades, a crear entornos muy flexibles dónde todo pueda ser cuestionado, a que no tenga más poder el que más sabe de lo de ayer, sino al que más ganas y posibilidad tiene de incorporar nuevas realidades. Igual que un explorador necesita reclutar gente experta para ir a una expedición, pero sobre todo a gente que aparte de experiencia sepa capacitarse para el nuevo entorno hóstil al que se dirige y, más importante todavía, ser capaz de aprender cosas nuevas cuando se encuentre en situaciones críticas en medio del lio.  Por todo ello, al final el nivel clave del cambio será el 3) liderar el cambio. El cambio hay que vivirlo con pasión, con felicidad, cómo una fuente de oportunidades. Hay que hacerse amigo del cambio, y hay que entender que nuestro valor vendrá de saber liderarlo en la dirección que nos interesa. Si yo me voy a correr la maratón de Barcelona, me lo pasaré muy bien, me esforzaré mucho y colgaré muchas fotos en mis redes sociales, pero a no ser que sea un negrito de Kenia, no ganaré nada ni aportaré ningún valor. Pero si me voy a liderar una aventura cambiante, incierta y compleja, gano mucho valor y aprovecho una gran oportunidad de crecimiento personal, visibilidad, aprendizaje, etc. El esfuerzo puede ser parecido, pero en un sitio sólo gestiono esfuerzo en un entorno conocido, y en otro genero valor por estar liderando con pasión situaciones de cambio. La competitividad no es el futuro de las empresas; esta se da por supuesta si se quiere perdurar en el tiempo, pero siempre habrá alguien que ofrezca el mismo producto o servicio más barato, más rápido o mejor. El futuro está en la creación de valor que proviene de la innovación y la creatividad, y esto es liderar el cambio de verdad en las organizaciones. 

Tras una larga preparación, a finales del año 2011 iniciasteis una andadura que te debería haber llevado en 45 días, junto con tu compañero Carles Gel, al Polo Sur. Pero tras unos largos días de encierro en la tienda por una excepcional tormenta, Carles debe abandonar. ¿Cómo gestionaste este cambio en tan poco tiempo? ¿Qué valoraste en aquellos momentos?
En realidad fue más fácil de lo que puede parecer. Es cierto que ya estaba curtido en muchas situaciones extremas de otras aventuras, y supe adaptarme rápido a la nueva situación, a la vez que sinceramente, creo que estaba preparado para gestionar ese cambio con serenidad y eficacia. Pero lo más importante fue descubrir que en ese momento tan crítico, en el que tenía la posibilidad de hacerme evacuar con mi compañero o quedarme solo en uno de los lugares más inciertos y arriesgados del mundo, no tenía ninguna duda de que me iba a quedar. Tenía claro que quería estar allí, que era lo único que deseaba en ese momento, y lo que tenía todo el sentido en ese instante para mi vida. No es que yo sea un supermán que supere siempre cualquier situación de estas, pues en otras ocasiones he fallado o he deseado con todas mis fuerzas escaparme de una situación crítica similar. Pero allí todo mi ser estaba conectado en ese cambio que vivía con felicidad y con pasión. En ese momento estaba haciendo exactamente lo que quería hacer. Y en la vida cuando uno está haciendo exactamente lo que quiere hacer, es casi invencible. En cambio cuando está haciendo algo muy distante a lo que en realidad desea, es un perdedor, un débil y, con toda seguridad, un futuro fracasado; pues aunque triunfe en lo que esté haciendo, al final lo habrá hecho en algo que no le importaba o que no quería hacer, y eso es el peor fracaso del mundo. 

El año pasado en la Reunión de Representantes del Club en Barcelona trabajamos las “Lecciones aprendidas de un fracaso”. En tu larga trayectoria hay un largo número de éxitos y también algún fracaso ¿Con que espíritu debemos afrontarlos? y ¿Cómo podemos aprender de ellos?
Todas las experiencias en la vida nos enseñan mucho. Cualquier fracaso es una gran experiencia; y por lo tanto, es una gran lección. Por tanto fracasar es una fuente de aprendizajes que nos prepara para tener nuevos éxitos. Cierto es que lo primero que se aprende de un fracaso es que los éxitos son mucho mejores, y nadie desea fallar. Pero es importantísimo saber sacar lecciones personales o de equipo importantes en cualquier fracaso. Esto sólo se puede hacer si no se dedican las energías a buscar excusas o culpables, y sabemos analizar con serenidad y humildad la parte de responsabilidad que hemos tenido en esa situación. Y también hay que hacer un gran esfuerzo para ser sinceros y reconocer si estábamos haciendo todo lo posible o solo lo mínimo necesario para gestionar aquella situación. Sólo analizando minuciosamente las situaciones, los porqués, las responsabilidades y las malas decisiones realizadas, aprenderemos de nuestros fracasos. Todo ello hay que hacerlo sin culpabilizarse y sin victimizarse, y al contrario, vivirlo cómo un proceso natural.  Si queremos hacer cosas valiosas en nuestra vida personal o profesional, es imposible hacer sólo cosas fáciles, previsibles y no arriesgadas: por lo tanto, sólo el hecho de haber fracasado en algo nos tiene que hacer sentir orgullosos de que estábamos haciendo algo valioso. Nadie fracasa si está siempre haciendo cosas fáciles y seguras... o al menos eso se cree, pues en realidad está fracasando estrepitosamente, pues dedica su vida y su tiempo a cosas mediocres y sin valor; y no tiene el coraje de llevar a cabo proyectos apasionantes. En mi currículum que tengo colgado en mi web, lo primero que pongo son lo que yo llamo mis "Errores positivos", pues sin todas las cosas que me han salido mal, nunca hubiese conseguido ninguno de los éxitos que la sociedad y yo mismo tanto valoro. Gracias fracasos, porque gracias a vosotros estoy teniendo una vida llena y con sentido.

Y por último, ¿puedes contarnos en qué nueva aventura deportiva o empresarial estás trabajando?
A nivel empresarial mi gran aventura es conseguir no separarme de mi propósito de que, persiguiendo mi objetivo de rentabilidad y solidez económica, esté creando un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Un buen negocio que perjudique al mundo es un pésimo resultado. Un mal negocio que beneficie al mundo, es insostenible para mí. Mi gran reto es hacer buenos negocios que aporten un impacto positivo al mundo. Por ello me muevo, básicamente, en el mundo del medioambiente y las energías limpias.
Y a nivel deportivo, el próximo año tenemos prevista una expedición en Groenlandia, para cruzarla de forma integral de oeste a este, en total autonomía, y escalando la cumbre del Mt.Gunnbjörn, la montaña más alta de Groenlandia y de todo el círculo polar ártico.

 

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