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No te pierdas la interesante entrevista que hemos realizado a Joan Joan M. Estany i Altarriba, presidente del patronato de la Fundación IBAM (Institución Benéfica Asistencial Manresana), quien nos acerca a la historia y origen de su organización, y nos descubre, entre otros temas, el porqué de su incorporación al Club. Te invitamos a leer la entrevista completa.
1. Para conoceros un poco más de cerca, ¿cuál es el origen de la Fundación IBAM?
La Fundación fue constituida en 1984 por seis personas, que en aquel momento estaban muy vinculadas a Cáritas, con la intención de ayudar a personas mayores necesitadas de soportes para desenvolverse con normalidad en las actividades de la vida diaria. Hay que tener en cuenta que, por aquel entonces, los servicios sociales estaban mucho menos desarrollados.
Y decidieron comprar un convento en Manresa, propiedad de la Congregación de las Hermanas de María Reparadora. Este edificio había sido una fábrica textil, desde su construcción en 1817 hasta su venta a las Hermanas en 1888.
Adaptaron el convento para transformarlo en una residencia geriátrica que empezó su actividad el 7 de enero de 1985. Aparte de esta actividad principal, desde sus inicios, la Fundación también ayuda económicamente, dentro de sus posibilidades, a personas mayores necesitadas.
En su origen, la tarea de cuidar a personas mayores, mucho menos profesionalizada que ahora, estaba basada en el altruismo. No sólo los patronos fundadores, si no muchas otras personas aportaban tiempo, conocimiento y recursos para garantizar el cumplimiento de los objetivos de la fundación. ¿Y la aportación de los usuarios para garantizar la viabilidad económica? Pues las aportaciones eran voluntarias, según sus posibilidades y basadas en la buena fe.
2. La atención centrada en las personas es una de vuestras prioridades, ¿qué otros aspectos son para vosotros fundamentales en vuestro día a día?
Todas nuestras actuaciones van dirigidas a conseguir el mayor bienestar posible de las personas que cuidamos. Entendemos que es muy importante que la atención sea personalizada, fomentando la atención a la persona como ser singular con pleno respeto a su vida íntima, a su individualidad y a su dignidad.
Queremos ayudar, en el proceso de envejecimiento, a mantener el estado físico, psíquico y social, promoviendo el envejecimiento activo y respetando la autonomía individual. Y sólo podemos conseguirlo si tenemos un equipo de excelentes profesionales motivados.
Si hemos de definir los aspectos fundamentales de nuestro día a día, podríamos resumirlo diciendo que somos un grupo de personas que cuidamos de otras y que toda nuestra tarea gira alrededor de este concepto, teniendo en cuenta la diversidad de perfiles. No tienen las mismas necesidades las personas que están en la unidad de psicogeriatría, con las capacidades cognitivas muy mermadas, que las personas que sólo necesitan cierto soporte para las actividades de la vida diaria. Pero quisiera insistir en que todos tienen capacidades preservadas.
Asimismo, es muy importante la relación con las familias, respetando la diversidad de modelos y relaciones familiares, pero promoviendo la participación activa y la implicación.
3. Recientemente habéis entrado a formar parte del Club, ¿qué esperáis de una asociación como la nuestra?
Antes de solicitar la entrada en el Club esta era sin duda “la pregunta”. Y la respuesta era y es que esperamos, sobretodo, aprender.
Valoramos especialmente el Club como espacio de intercambio de conocimiento donde probablemente el principal activo sea la acumulación de talento y estamos convencidos de que el intercambio de experiencias, conocimiento, opiniones, … nos hace crecer como personas, pero también como profesionales y, por tanto, mejora nuestras organizaciones.
A mi modo de ver, tradicionalmente las entidades del tercer sector hemos participado poco en espacios como el Club, quizás porqué hemos considerado que por el hecho de ser sin ánimo de lucro nos libraba un poco de las servidumbres y de las reglas del mercado. Pero estamos en el mercado, seguimos sus reglas y competimos con las organizaciones del segundo sector. Y debemos aprovechar todas las herramientas a nuestro alcance.
Todo esto no quiere decir que olvidemos nuestra esencia, nuestra razón de ser, que no es otra que el bien de los demás.
Probablemente esta pueda ser nuestra modesta aportación: las entidades sin ánimo de lucro vamos un poco más allá de la simple Responsabilidad Social Corporativa, porque para nosotros el bien de los demás es una finalidad y no un medio.