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La cultura es la primera dimensión a abordar en los procesos de transformación en los que están inmersas la práctica totalidad de las organizaciones.
En los procesos de transformación es imprescindible combinar la inversión en tecnología, que a la larga es lo más sencillo, con un proceso de cambio cultural que introduzca tanto las nuevas formas de trabajar como las nuevas formas de relacionarse con los clientes.
Presentamos un documento con las principales lecciones de gestión aprendidas en la COVID-19, una oportunidad singular de mejorar las capacidades en gestión de nuestras organizaciones.
La cultura es la primera dimensión a abordar en los procesos de transformación en los que están inmersas la práctica totalidad de las organizaciones.
En los procesos de transformación es imprescindible combinar la inversión en tecnología, que a la larga es lo más sencillo, con un proceso de cambio cultural que introduzca tanto las nuevas formas de trabajar como las nuevas formas de relacionarse con los clientes.
La cultura es la primera dimensión a abordar en los procesos de transformación en los que están inmersas la práctica totalidad de las organizaciones.
En los procesos de transformación es imprescindible combinar la inversión en tecnología, que a la larga es lo más sencillo, con un proceso de cambio cultural que introduzca tanto las nuevas formas de trabajar como las nuevas formas de relacionarse con los clientes.
El nuevo Modelo EFQM destaca y reconoce el papel que las organizaciones pueden desempeñar en el apoyo da los objetivos de Naciones Unidades. Objetivos que han contribuido también a dar forma al Modelo EFQM:
- El Pacto Mundial de Naciones Unidas (año 2.000) que recoge diez principios para que las actividades empresariales sean responsables y sostenibles
- Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS) que constituyen un llamamiento a que los países y a sus organizaciones actúen y promocionen la igualdad social, el buen gobierno y la prosperidad, al tiempo que protegen el planeta.
La cultura es la primera dimensión a abordar en los procesos de transformación en los que están inmersas la práctica totalidad de las organizaciones.
En los procesos de transformación es imprescindible combinar la inversión en tecnología, que a la larga es lo más sencillo, con un proceso de cambio cultural que introduzca tanto las nuevas formas de trabajar como las nuevas formas de relacionarse con los clientes.